sábado, 7 de noviembre de 2015

AFIANZANDO LOS SERVICIOS DE PROTECCIÓN CIVIL

Durante mucho tiempo me han preguntado aquello de "¿pero exactamente qué hacéis en protección civil?" "¿pero protección civil no es lo de los voluntarios?" "¿y eso no es lo de los bomberos?" Años dando respuesta a estas preguntas para explicar el trabajo de los servicios públicos de protección civil me ha permitido perfeccionar el discurso, cosa que agradezco ya que me ha servido para esquematizar e interiorizar nuestra misión y funciones. Por fortuna, nuestra labor es cada vez más conocida y actualmente las preguntas se centran en aspectos concretos que demuestran un mayor conocimiento de nuestra función: cómo realizamos los avisos y alertas, cómo se coordina la respuesta a una gran emergencia o quién atiende a las familias de las víctimas.

Este mayor conocimiento de la función de los servicios públicos de protección civil facilita nuestro trabajo con los ciudadanos, a quienes debemos proteger de los riesgos graves y las emergencias. Además, dado que este mayor conocimiento del sistema se extiende a toda la sociedad en general, cada vez es más efectivo el trabajo con el sector privado y con las instituciones públicas y sus autoridades, imprescindibles para la protección de los ciudadanos. 
A pesar de este escenario actualmente más favorable, reconozco que de vez en cuando todavía es necesario justificar nuestra existencia profesional frente a quienes, fruto del desconocimiento de nuestra función, todavía pretenden diluirnos en alguno de los servicios que integran el sistema de protección civil, ya sean bomberos, sanitarios o 112, en un ejercicio de simplismo impropio del análisis de las amenazas y necesidades a las que se enfrenta la sociedad actual. Curiosamente, esta dificultad de comprensión de las funciones del servicio de protección civil siempre desaparece en el momento de una emergencia y sobretodo del análisis de la respuesta de los poderes públicos. Es entonces cuando más evidente se muestra la necesidad de disponer de un servicio público de protección civil y más claras parecen sus funciones y especialización. Por desgracia, son esos momentos y no antes cuando los servicios públicos de protección civil se afianzan.

A pesar de todo, los servicios públicos de protección civil han sido y son imprescindibles dentro del sistema de protección civil y emergencias, no en vano son los encargados del buen funcionamiento del sistema. Nuestra misión es clara e insustituible: prevenir que se produzcan grandes emergencias, protocolizar mecanismos comunes de respuesta a las posibles grandes emergencias para minimizar los daños a la población, a sus servicios básicos y bienes materiales y al medio ambiente, y finalmente ponerlos en marcha cuando la emergencia se materialice. Nuestro papel transversal en permanente interlocución simultánea con los cuerpos de emergencia, el sector público, el privado y el ciudadano, el conocimiento en tiempo real y con carácter general de los diferentes niveles de riesgo de los territorios en los que somos competentes y el procesado y gestión de la información, avisos y alertas en situaciones de riesgo grave o emergencia son nuestros principales elementos de especialización. 



Los servicios públicos de protección civil se desarrollan en los diferentes niveles de administraciones públicas competentes: Comisión Europea, Estado, Comunidades Autónomas y administraciones municipales con el soporte de las administraciones locales de ámbito supramunicipal, como es el caso de las diputaciones y los consejos comarcales. Debe garantizarse un principio de integración que permita, sobretodo en situación de emergencia, que las actuaciones de protección a la población (avisos, medidas excepcionales de emergencia u otras) tengan una continuidad y transmisión de los niveles superiores de la administración hacia los inferiores hasta llegar al ciudadano. La ausencia de uno de los eslabones de la cadena supondrá, en los situaciones más graves, la incapacidad de proteger a la población y evitar una gran emergencia. Por ello debe preverse la forma en que los servicios de protección civil de una administración superior asumen subsidiariamente las funciones de la inferior cuando carece de capacidad para ejercerlas. En cualquier caso, debe considerarse que a mayor proximidad de la administración pública al ciudadano mayor facilidad para protegerlo frente a situaciones de riesgo grave o emergencia (a igualdad de recursos públicos).

Finalmente, el camino iniciado por los servicios públicos de protección civil bajo el impulso de las políticas públicas de protección civil por la Comisión Europea no tiene vuelta atrás, y nos encontramos ya en una fase de afianzamiento en la que la tarea pendiente, el reto inmediato, es conseguir la implantación en todos los niveles de las administraciones públicas competentes a la vez que potenciar los recursos humanos y materiales especializados en la detección de niveles de riesgo, la coordinación estratégica de emergencias (gestión de crisis), la gestión de información, la elaboración de planes de emergencia y especialmente su implantación, en todos los niveles de la sociedad implicados.

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