El sistema de protección civil es seguramente uno de los
sistemas públicos más complejos y difíciles de entender, tanto por su composición amplia y heterogénea
como por su variabilidad según el tipo y nivel de
riesgo o de emergencia. Además, el uso indistinto de los conceptos sistema y servicio de protección civil contribuye
aún más a la confusión, a pesar de que el primero engloba al segundo
conjuntamente a otros muchos más elementos.
Cada pilar puede considerarse un subsistema ya que incluye diferentes tipologías de servicios:
- Pilar de las administraciones públicas, que incluye:
- los gobiernos (estatal, autonómico y municipal) y sus autoridades
- los servicios de intervención en emergencia (extinción de incendios y salvamento - bomberos, forestales, equipos de rescate, emergencias sanitarias, policías, protección civil, 112, …)
- los servicios técnicos sectoriales que participan según el tipo de riesgo (agencias meteorológicas, conferederaciones hidrográficas y agencias del agua, institutos geológicos - sísmicos, agentes mediambientales, ...)
- Pilar de los servicios de autoprotección, que incluye bomberos de empresa, sanitarios, vigilantes y otros equipos de emergencia de las empresas, públicas o privadas, y concretamente de las actividades siguientes:
- generadoras de riesgo (empresas químicas, plantas nucleares, …),
- que concentran gran número de población (transportes ferroviarios, aeropuertos, …)
- que gestionan colectivos especialmente vulnerables (centros escolares, hospitales, geriátricos, …)
- servicios básicos (telecomunicaciones, agua, electricidad, …).
- Pilar del voluntariado, donde pueden establecerse tres niveles:
- el voluntariado específicamente considerado como de protección civil,
- las organizaciones colaboradoras de protección civil en especial Cruz Roja, y
- el ciudadano en general por su deber de colaborar aplicando las medidas de autoprotección y las órdenes de protección civil que se dicten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario